Pensando en retrospectiva, en Medicina nos encontramos con casos normales, y casos no tan normales, pero en ambas situaciones tenemos que aplicar el Juicio clínico, algo con lo cual no tengo mucha experiencia (solamente 2 años justos!!) me atrevo a suponer que se tratará de una mezcla heterogénea de: Pensamiento Lógico, Experiencia Clínica, Conocimientos Médicos, Sentido Común y Habilidades de Síntesis. Luego de crear esta poción de abstracción, el resultado al tomarla es una suposición diagnóstica. Esta suposición nos llevará ordenar exámenes y medidas, a expensas del bolsillo del paciente, una porción de la Economía Nacional o quizás una vida humana.
Pero el obtener esta suposición y su validez son dos asuntos totalmente diferentes: de ahí que se llame suposición, y que su validez se mida en certitud diagnostica. La certitud diagnostica se confirma a traves del examen físico, exámenes de laboratorio, estudios de imagen y respuesta al tratamiento, todos estos elementos ocurren en tiempos diferentes pero solapados, lo cual le confiere al diagnostico una naturaleza dinamica: sí un buen diagnostico cambia, se refina y consolida sus fundamentos, he ahí su belleza y dificultad.
"El diagnostico debe ser certero, pero capaz de adaptarse"
Por consecuencia de esta naturaleza vemos que es mas prudente, cambiar el diagnostico que cambiar la Historia del paciente, mas seguro explorar otras posibilidades diagnosticas que ordenar para luego cuestionar estudios innecesarios. Pero una vez obtenida la máxima certitud diagnostica, debemos cuestionar el tratamiento y el paciente, solo en aquel momento y luego de haber dudado primero de nuestro diagnostico.
En resumen, En Medicina no lo forces: si no encaja, repasa todos los elementos y cuestiona cada uno de ellos, entonces llegaras al diagnostico exacto, y encausaras al tratamiento adecuado. Si todo encaja, pero algo anda mal, vuelve a lo básico (anatomía, fisiología, farmacología, fisiopatología) y si aun nada cambia considera mas de un diagnostico simultáneo.
