Cuando me lo dijo un profesor una vez no se lo creí, pero es verdaderamente cierto: el solo estudiar de los libros no garantiza todo el conocimiento medico posible, es necesario ver pacientes y aprender de ellos.
Esto me recuerda que la Medicina es tanto ciencia como arte, y que no somos mas que artesanos doctos.
Claro es incuestionable la necesidad de abrir los libros y aprender, es la única forma de ser expuestos a información de calidad y actual, refinando nuestras fuentes, pero esto necesita ser fijado y no hay mejor forma que a través de un paciente: su historia clínica, su examen físico, las pruebas de laboratorio, estudios de imágenes o tratamiento que utiliza. Todo esto aumenta los elementos que podemos recordar de diversos cuadros clínicos, ya que al solo verlos en los libros cobran un carácter abstracto y muchas veces difícil de relacionar (y recordar), pero una vez hemos visto la enfermedad junto a un nombre y una cara es casi imposible olvidar todo sobre esta.
Cada cierto tiempo me tomo un momento para recordar aquello que he visto, de modo que las experiencias no se pierdan, siempre hay que abrir los libros y artículos buscando algo nuevo para aquel día en que nos encontremos con lo incierto podamos tener una idea de lo que observamos.
Y mientras pondero sobre mi propia vida, pienso en cuantos casos deben haber visto mis maestros, que experimentados son, y me motivo a estudiar mas y conocer mas a los pacientes, ya que algún día ese paciente que vi como estudiante sera el ejemplo para salvar a un paciente que veré como Doctor.
La Medicina en su carácter de Ciencia invita a la investigación y ponderación, pero en su virtud de Arte determina que la Experiencia no se improvisa.
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