Hoy mi familia tuvo un bbq y mientras comia una costilla, no pude evitar recordar los bbq de los lunes que Jorge y yo teniamos los lunes en Calderas.
Recuerdo que entonces era uno de esos pocos momentos en que podíamos verdaderamente los lados positivos de la vida campestre, y junto con eso recordé las visitas que hacíamos a los pueblos vecinos a visitar a nuestros amigos.
Pensandolo en retrospectiva todos aquellos mal pasares en Calderas, aquellas privaciones de las facilidades de la Capital resultaron en algo que ya empiezo a ver como muy útil: saber lo que es verdaderamente necesario en la vida y disfrutar de las pequeñas cosas.
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