jueves, 14 de enero de 2010

Ultimo dia en Calderas

Ya hoy todo se acaba o ha acabado, pues simplemente nos queda una
mañana de consulta e irnos. Nuestra mudanza es tan sencilla como fue para el venir: recogeremos
las pocas cosas que tenemos  (para ello bastará el baúl de mi carro y la camioneta del papa de Jorge). Nunca mas volveré a Las Calderas a diferencia de mis compañeras que volverán en el fin de semana a
finalizar su mudanza.

Aqui nadie nos llorara no hay ninguna familia con la que hayamos vivido y para la cual nos convertimos en nuevos miembros, tampoco hay lagrimas de parte de nosotros para algun amigo del pueblo, simplemente
esto se acabado y ya. Las unicas personas a las que quizas le hagamos falta las primeras
semanas de  nuestra ausencia son:  Tinita y  Gardenia, la primera nos extrañará por que
dejaremos de ordenar su comida y a la segunda por que sera ella quien nuevamente ponga todas las inyecciones y otras minucias de la atención primaria. Ambas fueron relaciones que todos sabríamos que acabarían y por eso no hay poemas de parte de ningún lado.

De los pasantes simplemente nos despediremos y nada mas, quizás nos volvamos a ver algún día en  algún hospital pero lo probable es que eso no ocurra. A Carmen le dejo mis cubetas que traje pues me las pidio, al
dejarselas se que ella estara condenada para siempre a su hombre y casita de cemento con patio de arena, pero me interesa el futuro de Romina: si Dios no tiene un golpe de suerte guardado para ella en su
gran opera celestial probablemente acabará mas gorda, mas bruta y mas infeliz que su propia madre.

Cuando Jorge y yo llegamos a Calderas todo estaba moribundo y ahora la dejamos en el mismo proceso por que nunca sera mas que un pueblecito pobre, sin vida, quedado atras en el tiempo.

Adiós Calderas probablemente esta fue la ultima noche que dormi bajo las sabanas de tu cielo.

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