Debido al fallecimiento del Profesor Otto Coro la institución se encuentra de luto, razón por la cual para esta graduación fue cancelada la fiesta de egresados. Aunque en lo personal respeto la iniciativa honorable de guardar el luto a un miembro de la comunidad inteciana, también cuestiono la necesidad de privar a mas de media decena de centenar de la oportunidad de celebrar por primera y ultima vez con sus compañeros de estudios de x a~os el final de su carrera. En mi mundo ideal y lógico, la fiesta hubiera ocurrido y antes de la cena/brindis se hubiera dedicado un minuto de silencio y se paraba la música durante la cena, y quizás alguien que lo conociera mejor y fuera parte del staff inteciano hubiera dicho una semblanza.
Pero quizás esta percepción sobre lo natural que es la muerte en el proceso de la vida (su inevitable capitulo final hasta donde las ciencias medicas tienen entendido) se debe a varios a~os de formación en un área del conocimiento donde aceptamos la mortalidad como un numero que debe ser disminuido y raras veces asociamos la mortalidad con un rostro o una historia no clínica.
Comprendo y respeto la situación, pero habiendo conocido a un personaje tan jovial y dispuesto a conocer a los demás: ¿seria su ultimo deseo privar a cientos de jóvenes de esta noche única en sus vidas? ¿deberé estudiar otra vez para tener esta oportunidad? ¿es esta la forma adecuada del INTEC darle la bienvenida a un nuevo grupo de egresados? ¿y que tal aquellos egresados que no tomaron clases con el y ni siquiera sabían de su existencia, que tan justo seria esto con ellos?
Esta es una de esas situaciones en la vida donde ninguna respuesta es correcta, pero todas son seguramente la equivocada. Por el momento esto no me ayuda a retener en la mente ideas hermosas sobra mi Alma Mater, situación que en el futuro pudiera perjudicar su imagen al momento de que alguien me preguntara: ¿que me dices de estudiar en INTEC?
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