miércoles, 2 de marzo de 2011

Ego

En estos días de la semana tuve que ir brevemente a INTEC un par de veces y en ella pude compartir con individuos con los cuales siempre me mantengo en contacto y hablamos como poco una vez por semana.
A uno de estos previamente le dedique una entra Totalmente Retardado o Lunático Locuaz, y a otro nunca le he dedicado nada pero por el cariño que le tengo y al resto del mundo compartiré algunas cosas que he observado.

Cuando yo me relaciono con estos individuos y con cualquier otro siempre busco que ambos podamos sacarle el mayor provecho a nuestra amistad, entiéndase por esto que ellos me ayuden como persona y yo a ellos, dado que ambos cursa la carrera de Medicina tomare el privilegio de autodenominarme como una especie de consejeros para ellos.

Al primer sujeto siempre le recalco lo importante de la humildad en la Medicina, y lo señalo constantemente por que se que esta es una carrera que tiende a  atraer a personas solo por el prestigio de poner "Dr." delante  de su nombre. Esto individuo no es mal tipo, es excelente ser humano, pero su arrogancia lo ciega y a esto se le suma que es demasiado bocón (entiéndase que habla de mas y en voz alta) lo cual hace que sus fallos no solo pesen el doble sino que lleguen a la enésima potencia.  Estas son cosas que yo creía que habían mejorado luego de un pequeño encuentro con la realidad, pero el lunes me di cuenta que no. Cuando visitaba INTEC me invitaba a preguntarle a estudiantes de Biología sobre Medicina sin ningún motivo, mal interpreto que preguntar en Bio-INTEC es aceptable para mejorar el enfoque de las investigaciones y afinar puntos débiles, pero sentarse a preguntar por qué si en el parquesito es una actitud retrograda:  ¿de qué sirve preguntarle cosas que en verdad no importan a personas que en verdad no necesitan saberlas? La respuesta es sencilla: para inflar el ego.  Obviamente quede muy decepcionado por las invitaciones de dicho individuo, pero además me entristeció por que se que en el fondo no ha aprendido una lección muy importante: no importa que el otro sepa o no sepa que tu sabes, lo que importa es que tu sepas cuanto te falta por saber.

Mi otro amigo a quien creía una persona desarrollada mas allá que todos nosotros juntos en madurez, me confesó que había fallado en x actividad y para justificar este fallo, utilizo estrategias psicológicas y excusas verbalmente elaboradas para no reconocer que su persona es la única responsable de sus fallos, no el medio ambiente y tampoco como nos criaron. Es difícil considerarse un adulto y tener que reconocer en si mismo conductas infantiles que nos impedirán alzarnos como seres humanos.

Ambas situaciones solo me hacen preguntarme: ¿Qué tanto puede cegarnos la arrogancia? y ¿hasta dónde llegaremos para proteger nuestros egos?

Pero lo que más me preocupa es ¿estarán sus pacientes en buenas manos? ¿está a salvo un paciente con una persona que le interesa más demostrar que sabe que cumplir con sus responsabilidades? O ¿ está en buenas manos con un doctor que no tiene sus prioridades claras en la vida?

1 comentario:

Patu dijo...

"no importa que el otro sepa o no sepa que tu sabes, lo que importa es que tu sepas cuanto te falta por saber"
Guardare esta frase la pondre en practica, algunas veces he pecado de arrogante